Por Charli.
Ese día no fue a trabajar, no tenía la cabeza en orden.
La razón no estaba muy clara. Inicialmente tomó la misma ruta hacia el trabajo. Bajó las escaleras y le tomó por sorpresa lo cálido que era el metro. Ya entre todas las personas, sintió que le faltaba el aire, y descendió a la mitad del camino.
Al subir a la calle el frío le llegó de golpe, el frío le gustaba más. Nunca había estado en esa área de la ciudad. Entró distraídamente en una de esas panaderías Castaño y tomó un café, pero le supo mal a la boca, además ¿desde cuándo tomaba café? Lo tiró.
Podría haber seguido caminando por horas, le agradaba el viento frío y la llovizna. Le pareció que todos estaban concentrados en lo que hacían y por llegar a donde tenían que llegar…. Sintió una opresión repentina en el pecho. Se dio cuenta que cuando se despertó esa mañana no tenía idea de lo que quería.